De como se vulneran los derechos sociales conquistados

La nueva política desmontando el estado de derecho

Fuente: Editorial de El Rincón del Perro.

Los acontecimientos que se suceden en la actualidad, comienzan a demostrar que muchos políticos, amparados bajo el concepto de Defensa Democrática, están actuando ya sin tapujos y poniendo sobre el tapete su juego de manipulación, corrupción y compra de conciencias, en desmedro de una clase social que siempre fue y ha sido explotada para sus propios intereses. Intereses que representan la acumulación de dinero, riquezas y poder y que actualmente ven amenazada en su existencia por fuerzas progresistas, no ya de izquierda tradicional, sino de factores que han emergido con sensibilidad social y que les están disputando el control de las riquezas que estaban bajo su poder político y económico.

Acompañados de un andamiaje comunicacional, que ha sido debidamente estudiado, analizado y desarrollado como herramienta de brutalización en la psiquis de una población, trabajando la desinformación y haciendo uso de técnicas especialmente creadas para manipular las emociones de una masa como los llamados "Fake News" y la publicación de "Falsos Positivos", estos políticos se lanzan en campañas electorales, unos viejos actores y otros noveles, pero que están recogiendo el testigo de algún político en retiro. En una sociedad manipulada por años y años de desinformación y destrucción de valores propios más la inoculación de conceptos como "La Globalización", el "Nuevo Orden Mundial", donde la visión de un país con su cultura, costumbres y tradiciones desaparece para dar paso a la sensación de que solo unos pocos países, ejemplo EEUU, son los que tienen derecho a poseer dichos valores. Esa transculturización ha permitido que los ciudadanos de un país prefieran defender los supuestos derechos de una nación foránea por encima de los suyos propios.

Una de la características más resaltantes de este resurgir de la derecha a nivel internacional es quizá, la de aprobar leyes, decretos y acciones que van radicalmente en contra del bienestar y progreso de un pueblo, en forma abierta y descarada, contrariando la decisión de ese mismo pueblo que lo eligió. Una vez en el puesto en el que fue elegido, ese político no tiene ningún escrúpulo en demostrar cuales son sus verdaderos intereses.

En este momento, hay una transgresión de toda la legalidad y justicia con la finalidad de que este status no se altere, aferrándose al poder, a todos sus beneficios, pasando por encima de la opinión de un electorado. Es decir, la tendencia que se observa en las noticias es que los políticos tradicionales están aprobando legislación abiertamente en desmejora de la calidad de vida de su población, tales como el aumento en la edad de la jubilación, eliminación de derechos sociales a grupos vulnerables, aumento en las horas laborales, trámites para obtención de beneficios sociales, eliminación de derechos conquistados, como los montos por concepto de jubilación, todo esto con la excusa de mejorar la situación financiera del país.

Al llegar al poder, por vía de votos o por golpes legislativos, como se estila ahora, dan vuelta atrás a todas las conquistas sociales aprobadas por los gobiernos progresistas, e incluso, violan las leyes en búsqueda de anular el regreso al poder de estas fuerzas sociales. Como ejemplo brutal podemos mencionar lo que acontece en Brasil, donde las fuerzas conservadoras y tradicionales manipularon para desalojar a la presidenta Dilma Rousse, montar a un presunto corrupto, miembro tradicional en la política de esa nación, quien desde su ascenso se dedicó a eliminar la reivindicaciones sociales aprobadas anteriormente, en beneficio de los grupos de poder que actúan en Brasil, incluyendo el militar, y actualmente manejó el juicio que se le aperturó a Lula da Silva para evitar a toda costa que se presente a las nuevas elecciones presidenciales. Triunfo, que según todos los pronósticos, es inevitable. Sin pruebas, presionando al poder judicial y manipulando la opinión pública, condenan a este líder para encarcelar y evitar que gane la elección. Las presiones incluso pasan por pronunciamientos directos de amenazas por golpe de estado emitidas por jerarcas militares, sin que se observe ningún pronunciamiento de instituciones internacionales (Léase la OEA o las Naciones Unidas) en contra de esta violación flagrante del estado de derecho y del derecho del pueblo a escoger su destino.

Igual ejemplo encontramos en la Argentina, donde asume la presidencia Mauricio Macri, producto de una inmensa campaña electoral mediática, llena de promesas de cambios económicos y sociales, los cuales olvidó y echó a un lado apenas tomó el poder. Un candidato que viene del sector empresarial, ha dado marcha atrás a todas las reformas sociales y económicas impuestas por el anterior gobierno. Controlando una fuerza militar y policial con tradición de represión desde los tiempos de dictadura, ha acallado violentamente a la inmensa población que demuestra su descontento hacia sus políticas entreguistas y antinacionales (Investigue: La entrega de la Patagonia a grupos judíos y económicos extranjeros), en menoscabo de los grupos sociales autóctonos de la región.

Colombia y Perú no escapan de esta realidad y lo pueden cerciorar a través de las innumerables denuncias de violación de derechos humanos a la población, asesinatos por medio del sicariato de dirigentes que representan posibles amenazas al status quo, que sin embargo son silenciadas por los grandes medios de comunicación y que solo se conocen por medio de las redes sociales. Venta a grandes trasnacionales de grandes cantidades de tierras y concesiones minerales a precios irrisorios y con evidentes signos de lesiones económicas para sus países, según se desprende de las condiciones de desventajas en los contratos aprobados para tal fin, en perjuicio de su pobladores.

Un presidente español, Mariano Rajoy, representante de una casta de políticos de vieja guardia que ha seguido a pies juntillas todas las recomendaciones impartidas desde el FMI y los centros de poder, donde ha malgastado enormes cantidades de dineros públicos para rescartar, sin condiciones ni garantías a la banca privada de su país y ha profundizado la crisis del desempleo nacional y los derechos de los pensionados. Mención especial tiene la represión brutal con las manifestaciones de protestas a las medidas impopulares que está ordenando, en medio de graves denuncias de corrupción en su gobierno y su partido, el PP. Aunque en mi opinión, la población española ya se acostumbró a que la trasquilen y la engañen sin que haya consecuencias para sus actores. Se calcula, según denuncias periodísticas, una pérdida al erario nacional que ya sobrepasa los 100.000 millones de Euros, cifra que muy bien hubieran remediado la situación de pobreza que ya se vislumbra en esa sociedad.

La derecha se está defendiendo, siguiendo las directrices impartidas desde Europa y principalmente desde los Estados Unidos, beneficiarios directos de las políticas de entrega de riquezas naturales y servicios públicos de los países latinoamericanos y del llamado Tercer Mundo. A sangre y fuego, sin medir las trágicas consecuencias de sus acciones en los ciudadanos que confiaron en sus ofertas.

La suerte está echada y esperamos ver pronto los resultados de esta lucha sin cuartel que se libra en muchas trincheras de urbe. Basta esperar cual será la reacción de un pueblo engañado y sufrido, pero muy manipulado...